miércoles, 31 de julio de 2013

Temazos: Flema . Metamorfosis adolescente

Hay composiciones musicales que por mas minimalistas o complejas, largas o cortas, extrañas o clásicas, acústicas o electrónicas, modernas o antiguas que parezcan crean algo en el subconsciente de uno y los convierte al instante en eso que llamamos: temazos. Pueden ser por sus ritmos bailables, por su letra, por sus arreglos, por ser bizarras, por algún solo y/o introducción, por esos escasos pero perfectos diez segundos en los que todo cobra sentido o por qué no, por su sentimiento.

Hay canciones que pueden parecer horribles, desafinadas, mal grabas, mal compuestas inclusive. Canciones que de no ser por ese toque especial serían desterradas y borradas para siempre del planeta. Pero, como en el caso de hoy, esas canciones toman un vuelco de 180º cuando quien las interpreta es quien corresponde que la interprete.

Si yo dijese (y/o usted leyese) Te quiero, te odio necesito tu calor definitivamente tendría un sentido completamente diferente al que tiene esa frase en boca de Ricky Espinosa. Leída incluso, puede que no te haga sentir nada, puesto que esa frase no te identifica o que si te identifique pero que no sea de la misma forma en la que uno pretendió sea tomada a la hora de ser escrita. Por suerte en la música, gracias a alguna divinidad, no sólo se da en eso de que uno toma las cosas como le llegan a uno, sino que uno puede sentir la empatía y ponerse en la piel del emisor. Por lo tanto el sentimiento lanzado por, en este caso, el cantante es parte de uno mismo y para que esto suceda, la voz al mando deberá verdaderamente sentir lo que canta, hacernos creer lo que dice.

La melodía por exacta y atrapante que se muestre, queda a un lado. Muy buena base de bajo batería y muy bien están las guitarras de acordes sostenidos (no de sostenido -#- propiamente dicho, sino de sostener la nota dejando que esta se apague poco a poco quedando como un único sonido flotando en el aire). La voz, esa forma tan sincera de cantar es lo que le da sentido a todo. Y quiero aclarar un punto esencial: si, dije cantar, aun cuando a muchos expertos en la materia les pueda molestar que me refiera así al modo en que Ricky lo hace. Sepan, malditos herejes, que cantar es más que afinar, mucho más. Cantar es amar. Cantar es sentir. Cantar es vivir. Cantar es libertad, esa libertad de poder expresar lo que uno siente sin necesidad de buscar sonar correcto. Y que sonar correcto es, por ejemplo, ésto!



Dentro de un disco llamado el exceso de drogas y alcohol es perjudicial para tu salud ¡Cuidate, nadie lo hará por vos! mejor conocido simplemente como el exceso podemos encontrar muchos de estos temazos (Lejos de tu casaCáncer, El sueño americano o No te dejaré por mencionar algunos) pero creo que es metamorfosis adolescente el que se lleva todas las palmas.

Las drogas, el alcohol, la violencia y el inconformismo por la sociedad y la vida que a uno le toco son los temas preferidos de flema a la hora de tratar temas (muy de los 90) y como son, en cierta forma, de la misma familia, muchas veces se tratan todos los temas en una canción. Pero no en ésta, acá se trata de inconformismo. Mucho inconformismo. Queda claro que al Sr Espinosa no le cabió una mierda lo que fue su transición de su infancia a su adultez y deja bien en claro también que fue por la falta de amor y es ahí donde entonces la frase que mencionábamos en un principio se vuelve fundamental, toma sentido y lo desgarra todo. Aun puedo sentir sin necesidad de oírla como se le parte el corazón. Como se me parte el corazón.

Fue este el tema por el cual empecé a oír flema y es esta misma el caballito de batalla principal para los detractores que pretenden menospreciar a la banda. Así cuando me dicen ¿Flema? que asco, yo sólo respondo Vení nene, el día que vos crees algo con tanto sentimiento como esto hablamos! Creo que el tema es tan emotivo que hasta el mismísimo Kurt Cobain hubiese acabado sus pantalones y querido hacer un cover de él. Ya me lo imagino cantando: revolver, suicidio, la sangre comienza a correr!!

lunes, 29 de julio de 2013

Plegarias nocturnas . Santiago Gamboa

Cada región en el mundo por pequeña que sea tiene algo que la vuelve única, que la identifica y diferencia de cualquier otro lugar dentro del globo. Cosas buenas, cosas malas y cosas irrelevantes. Fernando Vallejos aclara entre lineas en uno de sus libros que nada exporta Colombia mas que droga, no hay mercado extranjero que le proporcione al país la entrada de dolares mas allá del narcotráfico (obviamente que esto no es del todo cierto). Colombia tiene sus contras, como todo/s, y el hecho de ser de los mayores exportadores de narcóticos del planeta es uno que arrastra consigo las consecuencias que los estupefacientes tienen en las poblaciones: pobreza, violencia, inseguridad, robos, muertes, consumo, alcohol, asesinatos, desapariciones, prostitución, impunidad y mucha, pero mucha corrupción. Todo eso es Colombia y así se lo muestra en el libro. Sin miedo, sin rodeos. Pero Colombia, mi buen amigo, tiene ese lado mágico que saben dar las desgracias, esas estrellas brillantes y solitarias de noches negras. Sus escritores, personales y apasionados, nos narran historias tan fuertes como reales. Y nunca dejan de lado ese amor por las letras y la cultura, incluido de manera constante en este ejemplar.

Pareciera un chiste de mal gusto, pero Plegarias nocturnas no sucede precisamente en el país americano. Ninguno de sus personajes principales muestra su presente en Colombia, por el contrario, todo sucede en Asía pero lo que lleva a los hermanos Manrique a este continente es lo importante y todo eso si ocurre en Colombia, en la Bogotá de hace pocos años para ser exactos. Todo tiene lugar en ese periodo en el que Uribe, derechista, presidía el país.Cuando ambos jóvenes cuentan lo que los llevo a la situación actual en la que se encuentran. Cuando ambos cuenta lo que los unió para siempre. Cuando ambos hablan sobre su infancia triste y su aguerrida adolescencia.

-Punto aparte. Si se permite un poco de subjetividad en el texto digo que lo que hace grande al libro, mas allá de esas narrativas descontinuas que entremezclan pasado y presente y ese ininterrumpido cambio de personajes que tanto me agradan (con el agregado de inter-neta, algo que van a entender -o no- a la hora de leer la novela) es que Gamboa es capaz de hacer de una historia simple y cotidiana algo mágico y maravilloso. Una historia que en los papeles no vale dos pesos se convierte en una historia valiosísima gracias a su mano, ya que en otras correría el riesgo de perder ese toque tan especial y volverse un libro insulso.-

Manuel, un estudiante de filosofía que resulta detenido por presunta posesión de drogas en Bangkok (Tailandia) y si no se declara culpable enfrentaría la pena de muerte. El cónsul Colombiano en Nueva Delhi (India) es el encargado de tratar de salvarle la vida y poder hacer que Manuel sea juzgado en Colombia (algo que se dificulta gracias a que Colombia no tiene embajada en Tailandia), pero al conocer la historia del imputado y su inquietud por volver a ver a su hermana Juana el cónsul se involucra en el caso parar lograr el reencuentro de los hermanos a como dé lugar. Plegaria nocturnas, se describe a si mismo: Esto no es una novela negra, sino una extraña novela de amor.

viernes, 26 de julio de 2013

Haz el bien sin mirar a quien (hay que leer)

Existen frases que han trascendido a lo largo de la historia y han llegado a ser de conocimiento popular. Uno puede ir por la vida escuchando a jóvenes y ancianos por igual dictar dichas oraciones, sintiendo empatía con las mismas o, por el contrario, mostrando su desagrado e indiferencia. Hay frases que van y frases que no van con uno. Entre las que no encajan conmigo está esa que anuncia: en esta vida ya nada me sorprende, puesto que si dejara de hacerlo, si realmente nada me sorprendería en esta vida, entonces no vale la pena seguirla viviendo. Y una que si, aunque muchas veces la olvide, es: todo lo bueno tiene algo malo y viceversa.

¿Y a qué va todo esto? ¿Vieron esas señoras pituconas que usan lentes de sol aunque esté nublado, que siempre calzan tacos aunque no estén yendo a trabajar a la oficina, ni saliendo a cenar o tomar algo por la noche. Que visten un paso adelante en la moda, siempre usando marcas carísimas y perfumes importados, que se maquillan aun para ir a la tienda si es que no mandan a su mucama que para eso están. Que se quejan (principalmente hablando de los vagos sin darse cuenta de que vago, según lo dicta el diccionario, es aquella persona sin oficio) de todo pero que no hacen nada, esas mujeres que normalmente están todas operadas, que tienen cara de culo todo el tiempo y nunca parecieran tener buen humor. Esas mujeres extremamente superficiales, que tienen la nariz puntiaguda como si todo el tiempo estuviesen oliendo mierda, esas mujeres que parece te miran desde arriba y de manera despectiva, que son sumamente falsas (o al menos eso aparentan). Esas mujeres que creen que por ser la elite de la sociedad son superiores a los demás (y por consecuente, los demás somos inferiores a ellos)? ¿las vieron? bueno, me paso algo muy loco, lo vi con mis propios ojos y si bien a nadie le importa sentí la necesidad de compartirlo, no sé por qué, ni para qué (ni para quién), pero debía compartirlo, parte de mi así lo solicita y no me voy a rehusar a hacerlo.

Estaba en una librería viendo de comprar algunos libros (vi uno de Laura Restrepo -Delirio- que andaba buscando muy barato y por eso entré. Y si quieren saberlo, si, lo compré junto a otros que no vienen al caso) y cuando estaba por pagar escucho un extraño hay que leer. La frase es cierta y estoy ciegamente de acuerdo con ella -el hecho del qué leer es algo que no se intenta debatir en este caso- pero a lo que me refiero cuando digo extraño es al tono en el que lo dijo la señora (o señorita). Seco, frío, incluso de modo imperativo, un tono que a mi particularmente no me invitaría a leer nada, pero lejos de eso el niño, por suerte, parecía muy entusiasta, al menos así lo demostraba su tono de voz.

La paratextualidad es, en la mayoría de los casos, más importante que la textualidad misma, no importa lo que digas sino como lo digas y este caso no creo que sea la excepción, sólo que algo raro ocurrió. Al girar la vista vi a la mujer, sobria, imponente, irradiando ese no sé que que suele tener la clase alta (o el intento de dicha clase) que tan mal me cae, pero mi sorpresa fue mayor al ver al niño; un niño sucio, descuidado, harapiento, un chico que quizá, por desgracia, tenga mas vitalidad que futuro, un chico que definitivamente no era su hijo, ni su sobrino, ni nadie que esa señora conociera. Nadie que estuviese acompañándola, era un nene que se mostraba contento por los libros que iba a recibir como regalo. Tras ello, la señora nuevamente con un tono asqueroso le decía: hay que leer y el chico entusiasta dijo si, y mañana leo novela como ésta. La conversación continuó un poco, siempre igual de distante pero no importa lo que se dijo, es irrelevante.

Después, al terminar de pagar, la mujer le da los libros sin siquiera voltear su cara para ver el rostro de felicidad que había provocado en el infante que salió corriendo contento de la tienda, no sin antes irse la dama por el otro costado de la misma como si nada hubiese pasado. Todo ese ambiente me resultó por demás extravagante y raro: la forma, las consecuencias, el por qué. Entonces entre a preguntarme: ¿Qué llevó a esa mujer a hacer un gesto tan admirable como ese sin como mínimo mirar a los ojos al niño, sin darle gesto de amor algún, ni siquiera un simple sonrisa? Si parece que uno hace un gesto sin intención, sin ganas, entonces: ¿por qué lo hace? ¿lástima? ¿un lugar en el cielo? ¿algo de culpa? puede ser. Lo que sea que movió a la señora para comprarle al chico un par de libros se debe tomar como el hecho en fin. Muchas veces he juzgado a la gente por su apariencia y si bien este caso me sigue pareciendo por demás extraño la conchetona me dio una buena lección. A pesar de que seguramente la olvide y vuelva a sentir cierta repulsión al ver una de ellas desfilando por la vida sin querer siquiera respirar el mismo aire que los sangre roja no quita que la señora haya procedido como quien dice corresponde, y quién soy yo entonces para poder juzgar la forma en la que lo hizo, siendo que también estaba en el mismo lugar y no realice tan majestuoso acto.

A fin de cuentas ya lo dice el dicho: haz el bien sin mirar a quien. Aunque cuando parezca tener que hacerlo literalmente.

lunes, 22 de julio de 2013

Novos baianos . Acabou chorare (1972)

Imagínese usted: Río de Janeiro, playas, carnaval, samba, color, calor, el Papa Francisco (ah no, eso no). Todas postales que suben la temperatura de uno, tal vez por la envidia (aka calentura) de no poder estar allá disfrutando de una tarde de sol frente al mar. En fin, la vida es injusta cuando notas que ellos van a tener el mundial, los juegos olímpicos y para colmo, lo mas importante, no tienen este frío que penetras los huevos de mi Buenos Aires querido. Entonces es ahí cuando dan ganas de ir a matarlos a todos, pero no se puede, primero porque uno está en contra de la violencia, segundo porque los Argentinos, por más disputa que tengamos, amamos (o al menos respetamos mucho) a los Brasileros y tercero y principal, porque ellos son muchos más que nosotros.

¿Entonces qué se puede hacer para matar el frío? se preguntarán y les digo: se puede prender la estufa, el aire acondicionado (si es que sos mas moderno -o rico-), una hornalla. Se puede abrigar mas al punto de convertirse en un ser con menos movilidad que la cara de Zulma Lobato. Se puede uno tirar en la cama y taparse hasta los ojos (excluyendo estos, sino se complicaría ver el televisor). Se puede tomar un baño de agua caliente o tomar una sopa, café, té o cualquier infusión caliente. También se puede agarrar el lanzallamas y echarse una manguereada.

Pero también se puede hacer algo mas sano, divertido y, por sobre todo, más barato, tanto que es gratis. Un método diferente para pasar el frío y disfrutar de la vida al estilo brasileño es bailar. Pero bailar sin música es para aburridos y/o locos (y si bien estamos un poco locos preferimos, al menos en este caso, bailar con música de fondo) por eso les traigo un poco de samba, un poco de alegría que nau tem fim. Con ustedes, los desconocidos pero no menos interesantes Novos Baianos.




Acabou chorare

viernes, 19 de julio de 2013

Mitos urbano. Hoy: El cuento del tío.

Había una vez una niña que vivía con su familia en una casa en medio del bosque pero un día...

No muchachos, eso no es el cuento del tío. El cuento del tío es aquel timo donde una victima (¿sobrino? no sé, pero pelotudo seguro) es estafada, robado, hurtado, engañado y demás por un vil charlatán, un cachafaz (me siento tan viejo a veces), un sujeto capaz de venderle humo al mismísimo Caruso Lombardi, si es que entienden a lo que me refiero. Un sujeto apto y preparado para correr tan rápido por la calle florida en hora pico esquivando gente con 80 de mis últimos 100 pesos (gracias a dios tenía cambio!) sin que yo me diera cuenta de que la caja del producto que me vendió era un manojo de preservativos (condones, si es que son más refinados) usados. Pero ojo, como yo no me quiero dar por vencido, ni que me vean la tremenda cara de pelotudo que tengo, lavo los forros y los uso (ah bueno, ven que al final son re finolis ¿tanto porque dije forro?)

El cuento del tío es algo tan cotidiano en la vida de los porteños y/o bonaerenses que el aventajador ya tiene sindicato, obra social, está en blanco, disfruta de vacaciones y aporta para su jubilación. Es algo tan común que conoce a los muchachos del barrio que laburan a diario con él sin recibir denuncias de estos (nunca confíe en su kioquero, los muy forros ni siquiera saben donde paran los bondis que ven a diario. Y hablando de diario, los diarieros si son tipos de fiar, pasa que tienen el negocio apuntando a otro lado y no ven a estos mal vivientes haciendo sus fechorías. Bueno, hoy en día con lo que ha sucedido no hace falta aclarar que no se puede confiar en los porteros ¿no?). El cuento del tío es un negocio tan grande que incluso cada 2 años nos hace quedar como idiotas en eso que suelen llamar elecciones gubernamentales.

Pero no nos dejemos engañar, hay que acabar con este mal de una vez por todas. Hay que extirpar el cáncer del ventajero de la sociedad argentina hasta poder ser hombres de bien, solidarios, humildes y con ansias de trabajar para poder progresar, unos al lado de otros, todos empujando para el mismo lado (procuremos que no sea para el lado del río, de ser así vamos a terminar muriendo ahogados). Pero para ello no hay mejor forma que no caer en sus trampas, sin pelotudos no hay cuento del tío. Por eso dejo un par de tips para no caer en sus fraudes (una vez más).

1. No hable con ningún extraño. Y si tiene alzheimer intente recordar no hablar con nadie!
2. No compre cosas que le vende un sujeto trajeado que trabaja en la calle El agua y el aceite no se mezclan.
3. Lleve siempre una pesa en su bolsillo, normalmente estos soretes venden perfumes y un perfume suele pesar entre 386 y 874 gramos (los papeles y/o forros solo llegan a 265 dependiendo de lo cargado y o usados que estén)
4. Suelen ser muy rápidos por lo cual no debe perder de vista ninguno de los movimientos de estos sujetos mucho menos si se va corriendo con su dinero.
5. El inspector de billeteras tiene que tener certificado!
6. Y principalmente, si es usted un boludo importante hágase un favor y no salga de su casa, la vida no lo necesita tanto como usted cree!

miércoles, 17 de julio de 2013

Toda Mafalda . Quino

El mundo fue y será una porquería ya lo sé (en el 506 y en el 2000 también). Cambalache, 1934.

Hace casi 50 años que un sujeto, el homenajeado, dio vida a su personaje mas memorable de la historieta Argentina, para mi por sobre el eternauta inclusive, una niñita de clase media llena de dudas y perspicacia, llena de personalidad, generosidad y amigos. Llena de alegría, amor, llena de entusiasmo y... y... le gustan los beatles! Una niña perfecta, justo como me gustaría que fuese mi hija (si es que algún día tengo una). En dicha tira este personaje llamado Mafalda, como el ejemplar en si, hace criticas sociales que aun hoy, por desgracia siguen vigentes, con una creatividad e ingenio tan lúcido, lúdico y único que hace a uno devolver al mundo con alegría un poco de las desgracia que nos da con odio.

A diferencia de Santos Discepolo, Quino, el genio que hoy cumple 81 años, nos regala en su obra memorable una interminable cantidad de tiras cómicas que en ningún momento, entre los casi 10 años que fue publicada, perdió ni una pizca de frescura, audacia, ni astucia. No perdió la chispa. Y por eso estas felicitaciones para él.


De lectura obligada, Mafalda no sólo debe ser leído sino que tenemos el deber como Argentinos de adquirir sus tiras en formato físico así el autor puede celebrar hoy con Miguelito, Felipe, Libertad, Susanita, Guille, etc quienes ya son grandes, su natalicio y darles mucho vino de su Mendoza natal para beber.

A tu salud mi buen Quino!
Toda Mafalda

martes, 9 de julio de 2013

Alice in chains . Dirt (1992)

Que un disco llamado Dirt, que en español sería algo así como suciedad, suene impecable es algo por demás gracioso, irónico y hasta contradictorio, lo sé. Un oxímoron bastante particular e impremeditado. Pero mas curioso aun, y no piense que estoy jugando con usted, es saber que el disco es realmente sucio.

-Sucio y prolijo?
-Si. Se podría decir que es como comer un estofado riquísimo en verano. Como esas pinceladas coloridas de Monet en Impresión del sol naciente. Como ese gol ilegal de Maradona a los Ingleses con la mano. Un disco increiblemente creible (y/o viceversa).




viernes, 5 de julio de 2013

Mitos urbanos. Hoy: Cuento chino

Se coloca un fruto derivado del manzano sobre un plato o una tabla de madera, se agarra un cuchillo (del mango de ser posible) y se procede a cortar la manzana intentando no rebanar ninguna extremidad en el intento. Y así una vez fragmentada la poma puede empezar a digerirse. Eso en cuanto al método clásico y/o estándar. Un oriental en cambio, cierra los ojos y lanza el objeto comestible al aire, alcanzando un vuelo de entre 3 y 3,42 mts. de altura y, en un salto sobrehumano, extiende su palma juntando uno a uno sus dedos y realiza movimientos rápidos con el codo (invisibles al ojo humano). Vuelve a su asiento, como si nada hubiese pasado y tras él, unos segundos después, el fruto cae apoyándose de forma sumamente delicada sobre la plataforma en la que inició el cuadro y lentamente empieza a abrirse, cual pétalos, en ocho raciones perfectamente iguales. Ahora si, el oriental demostrando ser nuestro semejante, come.

Obviamente los oriundos del lado este del mundo tienen sus procedimientos particulares para cada hecho, por ejemplo a la hora de exterminar plagas como moscas y mosquitos no van por su insecticida favorito, sino por unos palillos, de esos con los que suelen comer, el equivalente a nuestros tenedores, y en silencio esperan oir el zumbido del animal y con un movimiento veloz sujetarlo entre ambas varitas de madera. Una vez lo intente, obvio que con un tenedor, y termine visitando el hospital con una herida grave en la mano (sin mencionar el hecho de que todas los muebles de la casa quedaron marcados de por vida). También poseen una manera muy particular de derribar edificios. Nada de implosiones o explosiones. Concentración, un golpe contundente en el lugar preciso y un grito de ira es todo lo que se necesita. Y supongo que no hace falta que les explique como van al baño ¿verdad?.

Nuestro inconsciente occidental muchas veces nos ciega y no nos permite ver la realidad y pensamos entonces que todo aquel procedente de China, Corea o Japón, entre otros, saben artes marciales. Entonces pregunto yo: ¿todos los Argentinos sabemos bailar tango o hacer buenos asados? piénsenlo, es ridículo lo que la generalización a hecho con nosotros. ¿Acaso vamos a creer que todos los negros yanquis que superan el metro ochenta de altura son buenos jugadores de basquet? ¿que todos los mexicanos son mariachis adictos al picante y al tequila? ¿o que todo boliviano tiene una verdulería? Se imaginar, entrar en Bolivia y no ver mas que verdulerías por todos lados. Sería muy loco eso. Interesante, si, pero poco creíble.

Pero mas allá que se comprenda ese razonamiento y reste veracidad a los estereotipos, uno espera por consecuente, quizá por una estúpida ilusión implementada con años de televisión basura y/o series de karatecas que un oriental a la hora de pelearse, o  pararse de manos como se suele decir por acá, utilice movimientos derivados de alguno de los múltiples artes marciales existentes y acabe con su rival de una forma inolvidable, dejándonos perplejos, boquiabiertos y con ganas de ovacionarlo aun cuando uno está fehacientemente contra la violencia.

Permítaseme entonces, tras esta prolongada introducción aclararles que eso es una vil mentira! Todo el tiempo se estuvieron riendo en nuestras caras e imponiéndonos el miedo de "che, no te peleas que seguro sabe karate ¿no vez que es oriental?". Recuerdo, en una ocasión entrar a un despensa, de esos administrado por chinos conocidos comúnmente conocidas como supermercado chino o simplemente chino (ejemplo: Ma, voy del chino o el chino de acá a la vuelta es un ladri, me vendió productos vencidos y para colmo el vuelto me lo dio en caramelos) y ver a él, su dueño, y ella, su esposa (obviamente china también), la cajera, pelearse de la manera mas paupérrima existente. Dando golpes lamentables, saltos que podría tranquilamente hacer mi abuela, quien aclaro tiene problemas en las rodillas y si había una patada seguramente no alcanzaba a superar la altura a la que se encuentra la pantorrilla del ejecutante. Incluso yo, que seguramente debo ser un queso para las peleas lo haría mejor.

Así que ya sabe, no todo lo que brilla es oro ni todo lo que tiene ojos cerrados, como quien intenta divisar algo a lo lejos o como una señal de desconfianza pero permanente es un ser con habilidades para la ciencia llamada lucha. Todo eso es un cuento chino.

miércoles, 3 de julio de 2013

Out . Natsuo Kirino

No digo que la violencia de género se haya vuelto una "moda", ni que se muestre mas vigente que nunca, pero en la Argentina, por suerte, hemos podido desligarnos de ese telón oscuro que nos impedía hablar del tema y deliberarlo como nunca. La violencia de por si es detestable, en todas sus formas y esto no se debe ocultar, sino mas bien tratar. El problema es que donde más se ha hablado, o al menos en donde demostró tener una trascendencia fuerte este tipo de violencia es en los medio de comunicación y eso, muchas veces, la gran mayoría de estas, es un problema ya que mucha gente se expresa creyendo ser experta en el tema y vaticina lógicas absurdas, lo que en criollo se conoce como: mandar fruta o decir cualquiera. En estos casos es cuando uno debe recurrir a otros lugares para poder hablar seriamente del asunto, entender la gravedad, analizar las causas, las consecuencias y poder realizar cierta especulación y/o análisis al respecto. Pensar y reflexionar como se debe.

Out es un libro que tranquilamente puede, no sólo haberse escrito, sino inspirado y vivido en la Argentina. En las fabriles calles de Valentín Alsina o Pompeya (siempre imaginaba esos telones de fondo para esta magistral obra de la literatura japonesa) en donde la frustración se aparece de modo muy recurrente y en miles de formas.

El estereotipo de los nipones nos los muestra centrados, estructurados, formales, respetuosos y tradicionales. Pero los estereotipos no se ganan papeles principales en la literatura y Natsuo Kirino bien lo sabe. Out cuenta la historia de cuatro mujeres, compañeras de trabajo en una fábrica nocturna de comida empaquetada que sufren en su vida diversos tipo de violencias y por diferentes motivos cada una de ellas termina enredada en un crimen brutal. Yayoi Yamamoto, una de las cuatro, cansada de ser golpeada y maltratada por su marido lo estrangula y recurre a sus compañeras de trabajo para que la ayuden a deshacerse del cuerpo desenredando así una buena cantidad de problemas, donde cada una de los personajes intentará salvarse a sí misma.

Pero si creen que un pequeño crimen puede completar una obra maestra de 500 páginas están equivocados. Al descuartizar el cadáver y esparcirlo por todo Tokyo la policía busca al culpable del crimen donde el ex yakuza, dueño de un casino y proxeneta, Satake es señalado como principal sospechoso. Este, al ser encarcelado injustamente y perder sus negocios jura encontrar a los culpables y vengarse mientras que otro prestamista, vinculado también con la mafia, se entera de quienes fueron las verdaderas culpables y convence al grupo para que se encarguen de descuartizar otros cuerpos por dinero, desatando así miles de hechos que hacen que uno no pueda desprenderse de la tan sutilmente tejida trama.

Y como si esto pareciera poco, como si la historia de por si no tuviese suficiente pasión y emoción entra entonces la perfecta redacción de la autora que nos lleva y trae en el tiempo narrando la vida y obra de cada uno de los personajes de una manera prodigiosa y particular, al punto tal de que en el final se puede apreciar en dos oportunidades la misma secuencia sin perder intensidad, sin quitar esa sombría y terrorífica atmósfera. Sin perder ni una pizca de frescura.

Escrita en 1997, Out parece, desgraciadamente, no perder vigencia, mas todo lo contrario. Llena de violencia y vacía de balas -dato no menor- esta célebre novela negra nos muestra el sufrimiento y el sufragio de gente del primer mundo (muy poco alejado de uno del tercero si uno se fija) que intenta darle sentido a su vida y nos deja pensando a cada momento sobre lo que pasa.

lunes, 1 de julio de 2013

Carta para la abuela Nelly

La concha de tu madre hijo de puta, rezaba la abuela Nelly a gritos. Rezaba puesto que tenía un rosario en la mano, como amuleto o para implorar el perdón de Dios tras cada injuria lanzada al hombre de negro. Pero así es el amor, así la pasión. Así es el fútbol y así lo entiende, se los aseguro, Dios.

Así lo entiende. Sino no se explica por qué después de cada partido ese mismo sujeto que resultaba maldecido y odiado se acercaba a la tribuna donde ella había, minutos antes, proyectado un incontable número de palabras no apta para menores en busca de unos amargos y unas sonrisas encontrándose también con un innecesario perdón escudado tras un: el fútbol y los chicos me ponen así, de ella, de la abuela Nelly.


No era mi abuela pero era mi abuela. No era la madre de mi madre, ni la de mi padre. Era la madre de un sentimiento: amor. El amor que amamantaba a todos y cada uno de los chicos de "la 89". Era mi abuela.

Y fue ella el eslabón principal del equipo. Ella quien nos enseño verdaderamente a jugar al fútbol. Ahora lo entiendo. Un director técnico te puede enseñar las reglas del juego, tácticas y jugadas preparadas, te puede enseñar y preparar físicamente, pero no es sino quien te enseña a compartir y a querer a tus amigos y compañeros, a confiar en ellos quien realmente te enseña el valor del fútbol. Quien te enseña a jugarlo. A amarlo. Ahora lo entiendo. Años haciéndolo sin darme cuenta y ahora que no está mas lo comprendo.

Una de las cosas que mas disfruto y amo en la vida es el fútbol y eso no se lo debo a nadie más que a ella y ahora lo sé. Es por eso que escribo esto, ya no triste, sino melancólico, no llorando sino riendo, entendiendo que aun sin estar mas acá sigue enseñándome cosas y abriéndome los ojos. Por eso y por muchas cosas mas gracias Abuela.