sábado, 3 de agosto de 2013

Actitud María Marta . Acorralar a la bestia (1996)

Que lástima tenerte tan lejos Julio, amigo mio, que lástima tenerte tan lejos en un momento tan importante en mi vida a vos que fuiste, sos y serás mi amigo del alma. Que lástima. No te odio por ello, no te odio por nada en realidad, sólo que me gustaría mucho que estuvieses aquí conmigo en este momento. Sé muy bien que no creés en esta clase de compromisos ni tampoco te gusta mucho el lugar en el cual la gente lo ejerce, pero también sé muy bien que, por el amor que nos tenemos, por esa amistad infinita que todo lo rompe entrarías a una iglesia a presenciar mi casamiento.

¿Te acordás del día en el que conocí a Marce? Quién hubiese dicho que todo terminaría así, sabiendo, entre nos, que aquel día todo empezó como una tonta apuesta adolescente, un desafío en realidad, un chiste de mal gusto. Cómo me histeriqueó, ¿te acordás? pero como me enamoró. Es muy loco como me fue conquistando poco a poco y yo, cayendo a sus pies sin más remedios. Y pensar que creía no tenía nada hermoso. Que crédulos eramos cuando jóvenes mi buen Julio, que crédulos. Pensar que en aquellos tiempos mis ojos no presenciaban belleza alguna en ella, y es que es cierto eso que primero todo entra por los ojos, pero bien sabemos que los mismos se pueden adaptar, adiestrar, se pueden moldear conforme estos puedan penetrar la piel, rasgar los huesos y llegar a ese lugar donde sólo unos pocos llegan.

Bueno en fin, la carta en realidad no era para ponerme melancólico ni hablarte de las cosas que ya sabes. Si no amase a esa mujer no me casaría (aun sabiendo que la seguiría amando aunque no nos casáramos, pero bueno, ella quiere hacerlo y no puedo negarme a un pequeño capricho de esa mujer. No puedo). Si no la amase no hubiese estado doce años a su lado. Doce años! como pasa el tiempo ¿no?. La carta en realidad no sólo es una respuesta a la tuya, la cual me hizo llorar con una sonrisa en la boca, ese extraño sentimiento inexplicable que tanto nos gusta, que tanto nos duele, que tanto nos produce que nos confunde. Nos confunde pero nos encantan, porque mientras exista ese sentimiento existirá también nuestro amor. Y quise responderte, no por obligación, no, por Dios, te respondo por gusto, por placer, para volver a sentirnos cerca, porque una carta es algo diferente, nos remite a nuestra juventud, hablar por facebook, whatsapp o twitter a veces se siente vacío. Bah, a mi me parece eso, se siente quizá mas distante que esta distancia que hoy nos aleja mi buen Julio. Esa distancia que con una carta, con una carta a la antigua puede acortarse de manera abrupta. Como las llamadas ¿te acordás cuando en tus primeros días allá en Berlín me llamabas casi todos los días añorando nuestras charlas sobre libros, sobre minas, sobre trabajo y por sobre todo de música?

Pensar que fue la misma música la que nos unió allá por 1996 cuando ambos teníamos cerca de 15 años. Cuando todos estaban escuchando las bandas de moda y nosotros nos encerrábamos en tu casa a escuchar Los Brujos, Babasónicos, Suarez, Peligrosos gorriones, Todos tus muertos, Pez, Cerati y MeleroActitud María Marta y tantísimas bandas más, de acá, de allá y de todas partes. Pensar que por esa banda nos empezamos a hablar, por tu remera de AMM que llevabas al ENSAM. El disco apenas había salido y vos ya con una remera, siempre fuiste un pionero, eh!

Y de eso te quería hablar, de AMM, me acuerdo que al irte muchos de tus discos los vendiste y sabes qué logré conseguir una copia del mismo y quisiera regalártela para que vuelvas a sentir lo que sentiamos por aquellos días, para que sientas de nuevo esos escalofríos que nos causaba escuchar Hijo de desaparecidos con su letra tan fuerte, con ese odio que es increíblemente contagioso y entendible o para que vuelvas a hacer pogo con Disconforme. Para que te rías con Ruby y su letra (pensar que para entonces esa letra era re fuerte!) o notes que en realidad, como con nosotros, con nuestro amor, nada ha cambiado realmente como ya lo mostraba Confusión. También para que recuerdes nuestras sensaciones al ir a bailar tan bien descritas en A mi me rebota a vos te explota o simplemente para volver a escuchar, ese, tu tema favorito Jalai (llamados anónimos) con su cumbia del final que a mi entender es una genialidad que no tendría por qué haber estado allí, pero estaba, y que no hace más que aportar maravilla a un tema que de por si ya es excelente.

Si me pongo a atar cabos, ahora caigo en que este disco no tendrá un nombre muy llamativo, ni una portada agradable pero, al igual que Marcela, lograron enamorarme por lo que su interior contenía y no van a dejar de hacerlo hasta el fin de mis días. Es eso o que quizá no pueda hablar de algo sin recordarla así como también me pasa con vos, que te recuerdo a cada momento.

Saludos desde tu amada ciudad natal, tu amigo por y para siempre, Diego.


Acorralar a la bestia

1 comentario:

  1. Grosa placa! Album con tremendo peso, y nivel. Irrepetible para estos tiempos. Gracias por alto aporte! Saludos

    ResponderEliminar