jueves, 15 de agosto de 2013

Las pelotas . Máscara de sal (1994)

Desde hace un tiempo, y por una extraña razón la música hispana está llenando de notas mis oídos, mi hogar y todo lugar por el que dejo mi huella. Y son las bandas de acá, nacidas en la patria que también me vio nacer a mi, las que priman. No se trata de nacionalismo, ni patriotismo. No es orgullo por lo de uno, ni mucho menos. Siento más bien que se trata de un reencuentro conmigo mismo, es la búsqueda de empatía, de encontrar gente que cree, piensa, siente y vive cosas semejantes a uno, es esa amalgama entre buscar lo nuevo que puede surgir y lo viejo que me trae excelentes y hermosos recuerdo. De volver un poco a las bases. Y es entonces que desde el barro que les escribo hoy.

Cuántas veces hemos oído eso que uno no debe olvidar el barro que pisó alguna vez. Bien, hoy les traigo parte del mio, de mis orígenes, de esas cosas que quizá, por diversos motivos, ya no disfruto como antes, o al menos creí que no lo hacía, y que han quedado inconscientemente en una parte de mi y que cada vez que salen a la luz provocan algo hermoso, que puede durar sólo lo que dura el disco o a veces hasta semanas, pero que siempre, dure lo que dure, resulta encantador. Porque yo no crecí en un lugar donde uno se pueda topar con mucha facilidad con Arcade Fire, InvisibleKraftwerk, Pixies, Queens of the stone age, The beach boys o incluso Velvet underground (y nótese que he citado bandas con cierta relevancia). Pero es cierto que cuando yo fui adolescente internet no era lo que es hoy -Ojo, haciendo un poco de autocrítica, también puede que yo no haya notado en su momento y allí estuvieron siempre, latentes a mi mirada ciega-.

Después de haber crecido mucho puedo decir con certeza que este lp trae consigo mas sentimientos que grandezas, de esas grandezas eternas, pero en el mundo subjetivo, muchas veces, la gran mayoría de estas, los sentimientos son la verdadera grandeza que perdura y que no estamos frente a un disco que le pueda recomendar a cualquier amigo diciendo Escuchá, es una de las mejores cosas grabadas en la tierra, te va a partir la cabeza, pero puedo compartirlo conmigo mismo y eso es lo que verdaderamente importa. De todos modos, para no tirar abajo a semejante obra, puedo aclarar que no es para nada un mal disco y que tiene ciertos detalles excelentes que antes no había notado y me dejaron bastante boquiabiertos. Por ejemplo en el tema Orugas, como buen ex cabeza de termo, no había dado cuenta los arreglos que la guitarra mete por detrás, casi en silencio, como pidiendo permiso. Había también hecho caso omiso al sentimental solo de trompeta de Si supieras. Y ni hablar de Bwana que es excelente por donde se lo vea. Lo que se llama cortito y al pie. Por su parte la triada Astroboy, Peces y Cabeza de turco le entregan al disco un poco de crítica social, fuerza y ese extraño lado oculto de la banda que aun no logro describir con palabras.

Siempre pasando desapercibida, tanto para las masas -me refiero a que no alcanzó jamas el nivel multitudinario de Los piojos, La renga u algún que otro contemporáneo- como para los críticos mas vanguardistas que los veían como una pobre imitación de Sumo, Las pelotas ha sabido ser para mi el alfa de algo que espero, hasta el día de mi muerte, jamás tenga un omega. Gracias a ellos soy quien soy hoy en día y simplemente por eso magnifico su grandeza. Y los forritos chupa pija (disculpen el vocablo) que se creen superiores por escuchar banditas raras que vengan a lamerme, valga la redundancia, las pelotas!!

Salud!


Máscaras de sal

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